Yo opino…

– Mi opinión en más de 140 caracteres. –

Hola Gente!

septiembre14

Hola, bienvenidos a leer mis post que no caben en Twitter.

Empecemos!

Ricardo González

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ACTUALIZARSE O MORIR

septiembre10

Comentaba anteriormente de la necesidad de saber actualizarse a los tiempos y tecnología. Se me quedó en el tintero algo importante aprendido en mis años. Yo tomé un curso de administración porque quería salvar un taller de tejidos que tenía y que con la llegada de Aylwin al poder yo veía amenazado porque se abrieron los mercados y llegó mercadería más barata que el fabricarla en Chile. En el curso aprendí a llevar el flujo de caja, pero también conocí conceptos como la «paradoja del éxito«. La paradoja del éxito se refiere a aquellas malas costumbres que se presentan de manera natural y que pueden llevar al fracaso. Lo más habitual es ver que vamos bien y dejar de invertir en publicidad y en enfocarnos en seguir igual, (porque si vamos bien, ¿para qué cambiar?). La pérdida abrupta de clientela por culpa de Uber y otras apps es un ejemplo de ello, pero hay muchos ejemplos más.

Mi padre tenía un taller, a veces trabajaba sábados y domingos, hubo muchos periodos en el que le sobraba trabajo y faltaba tiempo para poder hacer todo, rechazando encargos por lo mismo. El contador le ofreció dar boletas exentas de IVA, a pesar de que muchos clientes pedían facturas, pero a mi padre le pareció bueno olvidarse del IVA. Y si podía evitar dar la boleta, pues no la daba. Mi madre le alegó que así, si llegaba algún día a necesitarlo, no podría pedir un crédito, por no poder acreditar ingresos.

Al lado de nuestra casa-taller se instaló una fábrica que fabricaba para Chile-Tabacos los dispensadores de cajetillas de cigarros para almacenes. Al dueño un día se le murió la esposa en un accidenta aéreo, era azafata, y él recibió una fortuna en seguros. Con el dinero adquirió máquinas computarizadas (plotter de corte o fresadora CNC) que hacían lo mismo que nosotros, pero más rápido. Nosotros, además de hacerlo más lento, teníamos luego que lijar y pulir las piezas. Peor aún, un sólo operario le supervisaba al mismo tiempo tres máquinas. Su producción aumento de tal forma que le sobraba tiempo, y entonces miró para el lado, a nuestro taller, y nos quitó la clientela. Como para nosotros no nos era posible financieramente el comprar una de esa máquinas, quebramos.

El fracaso a veces es culpa ajena, pero la mayoría de las veces la culpa es nuestra. Y en esta época, de enormes avances tecnológicos, es más que importante el estar atento al entorno.

Y se vienen dos cambios, y uno de ellos será un remezón peor que los Uber.

Primero: Los taxis autónomos, de los cuales ya he hablado anteriormente.

Las empresas más grandes han invertido miles de millones de dolares en esto, saben que es un gran negocio porque se habla de que se ahorran un tercio por el sólo concepto de prescindir del conductor, además de que el vehículo puede funcionar 24 horas, y además se eliminan los reclamos de que «se perdió» de que «llegó tarde«, de que «no tomó la ruta que le dijo el pasajero«, de que «fue grosero«, etc, etc.

La llegada de este tipo de vehículos debiera preocuparnos y de sobremanera, pues nos comerán las empresas grandes trans-nacionales, con poder adquisitivo y tecnológico para poder instalar grandes flotas. Si bien faltan algunos años para que ocurra el cambio, este llegará, y sería aconsejable que el rubro se uniera y estuviera ya en contacto con algún fabricante en el oriente y poder así ir conociendo del tema. La idea es simple: que no nos pille por sorpresa.

Segundo: La eliminación de los telefonistas.

Hace unos 15 años yo trabajaba en un radio-taxi que era parte de un holding, holding que vendía GPS y otras tecnologías españolas. Entre ellas había un sofisticado sistema de atención telefónica, que permitía ingresar datos al sistema en forma automática. Si bien la voz aún era muy robótica, lo cierto es que el sistema de atención telefónica automatizado ya existía en ese entonces.

Hoy tenemos Alexa en nuestras casas (existen varias asistentes virtuales, yo uso Alexa), entiende todo lo que le digo y de hecho la elegí porque en su momento era la voz más natural a la humana. Con ella además manejo la domótica de mi casa. Pero ya salió algo mejor que Alexa, y es la IA (inteligencia artificial) y ella, con los Prompt adecuados, es capaz no sólo de atender llamadas telefónicas y meter todo lo que le pidan al sistema, si no que hacerlo con 500 o 5000 llamadas al mismo tiempo y al mismo valor de uno o dos telefonistas. La IA entiende todo, y en cualquier idioma en que le hables, y responde hasta con entonaciones de voz, lo que hace imposible distinguirla de un humano. Esto acabará con los telefonistas actuales y es bueno que desde ya lo sepan y estén atentos para cuando se incorpore al mercado.

Se supone que a Latino-américa los vehículos autónomos podrían ya estar funcionando entre 5 a 15 años más. En el caso de la telefonista virtual con IA, la tendremos en 3 años más, sino antes. ¿Estamos preparados?

En administración se enseña que «La modernización es un proceso constante«. De ello se desprende que lo importante aquí es notar que no debemos ir como caballo de feria con la mirada sólo al frente y sin mirar que pasa a nuestro alrededor, por muy bien que nos vaya, porque de no estar atentos en cualquier momento otro nos pasará por el lado y corriendo más rápido que nosotros.

Ricardo González

PROBLEMAS DE LOS RADIO TAXIS

septiembre10

Hola, quiero hacer notar un problema de los radio taxis, y que toda gerencia de este rubro tendrá que atender tarde o temprano: la edad de sus empleados y de su clientela.

Yo estudié electrónica y sistemas digitales los años 84′ y 85′ en el Instituto Gamma. Al entrar a clases el 85′ ya se había implementado una sala de computación, pero a los liceos los computadores llegaron 5 años después. Tuve la suerte, antes de terminar mis estudios, de alcanzar a conocer la tecnología que iba a cambiar nuestro mundo.

Al término del año 1985, en la exposición anual que hacía cada curso, sobre una mesa había una mano mecánica tamaño real, conectada a un protoboard y a un PC y que caminaba sobre la mesa. Año 1985, imaginen lo que estará saliendo hoy desde las aulas, 40 años después, cuando ya todo el mundo tiene una PC en casa y acceso a placas como rapsberry o arduino, que valen alrededor de 30 mil pesos chilenos y que son un verdadero computador y que se pueden programar para lo que a uno se le ocurra.

Me gustaba tanto la computación que yo tenía un cuaderno lleno con el detalle de la información contenida dentro de cada carpeta de windows 85. Cuando llegó windows 98 aprendí a modificar las carpetas (hasta ese entonces era factible hacer modificaciones, luego Microsoft lo bloqueó por el peligro de meter virus). Lo que yo desconocía en ese momento era que el código que estaba modificando y aprendiendo era html (sí, las carpeta de windows están hechas en el mismo lenguaje que los sitios web). Luego de ahí, el saltar a aprender a fabricar sitios web fue un solo paso más. Desde entonces se han modernizado los lenguajes, ya vamos en Html5 y se han agregado otros lenguajes como Flash, Java, Php, Css, etc.

Lo que quiero recalcar con esto es que a diferencia de la gente de mi edad yo sé de computación porque alcancé a tener acceso en mi época de educación y porque me gustaba. Y eso ha establecido una diferencia y un valor agregado a mi trabajo y a mi vida.

Contaba en mi publicación anterior (pinchar aquí) que el gran problema que he encontrado en los radio taxis, es la reticencia a incorporar tecnología informática a los procesos. Y no ha sido un tema de precios, porque mi asesoramiento lo he hecho gratis, este es un tema de que la gente que trabaja al interior de los radio taxis no saben como usar un computador.

Escasea la gente joven que trabaja en este rubro, la mayoría ya tiene más de 40 años, gente que no alcanzó a tener clases de computación. Son las personas menores de 30 años las que han nacido viendo como algo normal y desde la básica el tener en casa un PC y teniendo clases en los colegios para aprender a usarlos.

En mi último trabajo la única persona que no preguntaba como se hacia tal o cual cosa, era una chica nueva de unos 20 años que llegó a trabajar por un tiempo, y que no había estudiado informática, pero le bastaba con tener la edad en que ya había un computador en casa cuando era pequeña.

Elon Musk, por su parte, no era un informático, él acababa de ingresar a una universidad y de hecho la abandonó a principio del primer año, para unirse a su hermano y a un compañero adinerado y crear un punto com que fue grito y plata y que los hizo multimillonarios. Cuando partieron no eran informáticos titulados, sólo se pasaban el día metidos en un PC jugando y hurgando y descubriendo como se usaba. Les bastó con ello.

En el diario La Tercera apareció en mayo de este 2023, un reportaje a un par de jóvenes que se conocieron en la U acá en santiago. Uno de ellos es hijo de chilenos y el otro es un extranjero hijo de madre chilena y padre portugués. Al terminar la carrera decidieron armar un CRM (plataforma de trabajo on line para empresas), y han tenido tal éxito que tienen clientes por todo el mundo y una planta de unos 25 empleados. Las fotos de cada empleado con su nombre y cargo están en el mismo sitio web y si son observadores notarán que ninguno de ellos supera los 28 años.

¿Cuál es la diferencia de esta gente joven contra la gente que trabaja en los radio taxis?: «la edad», la edad asociada a los conocimientos informáticos que las personas han podido aprender en su trayecto de vida.

Me costó harto darme cuenta de este problema, a pesar de que asomaba por todos los poros de los radio taxis en que he trabajado, y es que los radio taxi en general lo conforman, de capitán a paje, personas con poco o cero conocimientos en computación, entonces eso choca con la tecnología, las mejoras tecnológicas no las pueden implementar porque todos se quejan y finalmente optan por no adoptarlas.

Se habla de un «lenguaje computacional» porque efectivamente para la programación se usan diferentes lenguajes informáticos que nos obligan a conocer algo mínimo de ellos para poder desempeñarnos eficazmente en un PC, y en general, y en cualquier situación en que necesitemos usar un lenguaje que no conozcamos, nos encontraremos en apuros.

Otro ejemplo: Si yo le digo a usted, que le meteré a una máquina que he construido y que lo teletransportará a China y le encargo que por favor vuelva con un teléfono de última generación, al viajar quedará asombrado de que sí funcione la teletransportación y exclamará «¡Qué maravillosa tecnología!», pero volverá sin nada, pues nunca supo leer los letreros ni comunicarse con la gente de allá. La tecnología funcionaba, pero no su conocimiento del lenguaje adecuado para poder completar la tarea.

Hoy, en que la computación está presente en todo tipo de trabajos, no pueden las empresas pretender mantener gente en escritorios con un PC casi de adorno, gente que anda preguntando cómo se puede hacer tal cosa, cómo imprimir tal cosa, cómo se traspasa el documento a PDF, que cómo se adjunta al correo, que se le perdió un correo, que cómo agranda la letra de la pantalla porque el compañero más joven del otro turno se la dejó muy chica (problema habitual por la presbicia de la gente mayor que necesita las letras grande para poder verlas), etcétera. Ni siquiera saben manejar y administrar documentos compartidos, algo esencial y que evita andar descargando y modificando cada uno por separados los documentos.

La clientela de los radio taxis ejecutivos son las empresas, empresas conformadas por dueños y empleados que en su gran mayoría también son gente mayor, y se nota, porque prefieren pedir taxi por llamadas telefónicas en vez de usar la App, y es simplemente porque también no se manejan con las tecnologías. Y los radio taxis nos hemos enfocado en ellos, dejando de lado a los jóvenes, que sí se manejan con la tecnología y que prefieren pedir autos por las APP a los UBER, DIDI, CABIFY, etc. No sólo lo piden a ellos porque es más barato, si no porque fueron los primeros en ofrecerles tecnología orientada al cliente joven.

Nadie puede negar el remezón que sufrió nuestro rubro con la llegada de las APPS, y esas aplicaciones son precisamente el tema del que estamos ahora hablando, puesto que es «TECNOLOGIA«. No por nada terminamos ofreciendo a nuestros clientes una APP para el celular para pedirnos autos, no por nada estamos implementado el «taxímetro virtual», la verdad es que todos estos cambios nos hemos visto obligados a implementarlos para estar a la altura de la competencia.

La llegada de las apps significó una pérdida inicial de alrededor del 30 por ciento de la clientela, que si bien es una cifra que ha ido variando y que afectó fuertemente a los «techo amarillos», a los radio taxis ejecutivos también nos afectó, con la desaparición de la flota de taxis piratas que nos apoyaban, los cuales inicialmente se fueron a las apps pensando en que allá iban a ganar más. Esa etapa nos significó a todos pasar rabias y aprietos por no tener autos suficientes en los horarios peak. (Luego Cabify también se encargó de quitarnos clientela desde nuestros clientes objetivos: las empresas).

Hay un dicho que yo adopté y que dice: «Las inversiones tecnológicas son caras, es cierto, aunque es más caro quedar obsoleto frente a competidores que si automaticen procesos.» Esta frase es clave para entender las claves de éxito o fracaso de todo negocio.

En mi adolescencia trabajé con unos jóvenes del barrio que habían estudiado ingeniería en sonido y electrónica y que con sus conocimientos se construyeron complicados juegos de luces y daban el servicio de luces y música para fiestas y eventos de colegios. Con ellos pasé mi juventud, de fiesta en fiesta y de discoteca en discoteca. Así conocí a la dueña de la Gelatería Baruffinos, al dueño de la Avenida Discoteque, al dueño de la Blondie y al de la Alameda Discoteque. Algo que aprendí con ellos es que la música que hoy suena en las discos se debe renovar cada 5 años, porque el público que va a discos tiene entre 18 y 27 años y por ende va rotando. Si no se actualizaran quebrarían en poco tiempo. El dueño de la Blondie es mayor que yo, pero inteligentemente ha delegado la administración y ahora hacen propaganda en todas las plataformas de internet donde está el publico objetivo de ellos.

Los radio taxis han olvidado orientarse al público joven. Se requiere ofrecer apps plenamente funcionales y hacer propaganda dirigida a ellos, para que al menos vayan conociendo el nombre del radio taxi, cosa que el día de mañana, cuando sean empleados de una empresa y la jefatura les encargue buscar un radio taxi, al menos se recuerden de la marca nuestra y nos coticen. ¿Y dónde hacer esa propaganda? ¿En la TV o en la radio? Pues no, la TV y la radio son caros, hoy se usa el internet y las redes sociales y es hasta gratis.

Si yo volviera a ser dueño de un radio taxi (lo fui con mi ex esposa) mandaría a mi hijo a hacerse cuentas en redes sociales de jóvenes y subir reels a plataformas como TikTok (si no sabe lo que es un reels es una muestra de lo hablamos acá).

Dos enseñanzas que nacen de esta publicación:

Primero: Todos los radio taxis (y en general toda empresa con gente de edad) tendrá problemas de conocimientos informáticos para implementar tecnología. Radio taxi Ecotrans lo solucionó de forma radical, despidiendo a su planta y contratando gente joven nueva. No lo indico como método a aplicarse en todos los casos, pero es un ejemplo de como lo han solucionado algunos. Lo cierto es que hay sólo tres alternativas:

1°- o los capacitan
2°- o se buscan gente nueva capacitada
3°- o mueren como empresa por obsolescencia.


Segundo: En unos 15 años más toda nuestra clientela actual, o bien estará jubilada o ya estará fallecida. No esperemos a que sea tarde para enfocarnos en atraer a nuestro rubro a las nuevas generaciones.

Ricardo González

YO MISMO

agosto12

Si tuviera que enumerar mis intereses laborales, partiría por señalar que siempre estoy buscando algo relacionado con mi experiencia y conocimientos y ojalá con arte e informática.

Mi padre, un artesano calador, varias veces fue tachado de artista por su clientela, y en particular él tenia debilidad por el arte oriental. En la familia hay escritores y músicos. Y luego estoy yo, que me gusta el arte un poco más que aquellos que me rodean, pero definitivamente no tanto como pasarme en museos o exposiciones, o de ponerme a pintar (porque ya probé y soy pésimo 😛), pero me gusta ver obras de arte, sobre todo esculturas y tengo debilidad por la arquitectura. Hace años saqué muchas fotos a propiedades antiguas con las que me cruzaba en la calle y hoy sigo y colecciono sitios web del tema, como plataformaurbana.cl o archdaily.cl.

Ahora me he comprado un notebook que me permite dibujar con lápiz directo en su pantalla, y allí estaré próximamente viendo si logro desarrollar algo el dibujo, aunque lo cierto es que carezco de tiempo.

Y dentro de mi gusto por la informática, ciertamente que cualquier trabajo que sea sentado frente a una computadora es de mi gusto. He trabajado de digitador, de telefonista y de locutor para radio taxis, he fabricado muchos sitios web, he arreglado muchos computadores, he dado manutención a servidores con Asterisk (telefonía IP), he creado y mantenido amplias bases de datos de hoteles en Santiago y he creado mapas de acceso público y con la ubicación y recuento de tags de las autopistas concesionadas de chile.

Mi experiencia en el rubro de radio taxis es completa: partí de telefonista, pasando por locutor, supervisor suplente, administrativo, socio, encargado de dar charlas a los clientes, soporte informático (mantención y reparación), prueba e instalación de programas, soporte a clientes, etcétera.

Soy un amante de la tecnología y un geek, sin dinero, pero un geek al fin y al cabo. 😀 y así como me gusta la tecnología me gusta implementarla y mejorar los servicios. La modernización nunca se detiene, y de detenerse se arriesga de sufrir la «paradoja del éxito«, que no es otra cosa que quedarse dormido sobre los laureles pensado que la pega ya se hizo, y que como ya se hizo ya se terminó.

Mi lema es: «Modernizarse sale caro, aunque sale mucho más caro quedar obsoleto frente a competidores que si lo hagan«.

Ricardo González

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UNA RENUNCIA ANUNCIADA

agosto10

Mi renuncia a mi último trabajo, el mes pasado, ha sido producto de dos temas:
1°- Monetario
Este rubro nunca ha pagado buenos sueldos ni menos los mantiene estandarizados, a igual cargo hay diferentes sueldos, dependiendo, supongo, del humor de los jefes en el momento de la contratación y a la probable urgencia del momento para encontrar a alguien para el puesto. El caso es que los sueldos alcanzaban hasta antes de la pandemia, pero todo subió.

Si ven mi curriculum pongo que yo estudié administración de Pymes por allá por los 90′. Yo en esa época tenía un taller, 5 empleados y también talleres externos que también trabajaban para mí. Económicamente estaba bien, pero llegó Aylwin, se abrieron los mercados y llegó mercadería extranjera que, puesta en Chile, costaba menos que el material base para confeccionar la prenda, y sin contar los demás gastos, los sueldos, la amortización, etc. Rápidamente tomé un curso y aprendí dos cosas importantísimas: primero que había que cerrar el negocio a la brevedad, para así tener la oportunidad de deshacerme a buen precio de la maquinaria (fue una sabia decisión); y segundo aprendí a llevar las cuentas en un flujo de caja, separando los dineros de la empresa de mi propio sueldo, algo tan básico y necesario pero tan desconocido en muchos de quienes empezamos un negocio.

El caso es que tras quebrar mi taller, ese flujo de caja lo he seguido llevando, pero para mi vida privada (y ya llevó 30 años haciéndolo a diario), primero en papel y ahora en un programa que me fabriqué para ello, así sé cuanto dinero tengo en cada cuenta, cuanto puedo gastar, etc. Me ordenó la vida. Y cuando vi que un panel de madera en Masisa que costaba antes de la pandemia 23.500 pesos y ahora cobraban 38.500 y notando que ya todo había subido, fui entonces a mis archivos y revisé cuanto gastaba en alimentación antes de la pandemia y lo comparé con cuanto gastaba ahora. Me sorprendió: yo, que vivo sólo, antes gastaba un promedio de 107.000 pesos mensuales sólo en alimentación, y ahora, sin cambiar la dieta, estoy gastando 210.000 pesos cada mes. Casi un 100 por ciento más. El sueldo ya no alcanza, todo subió, alimentación, combustible, arriendo… TODO.

Y bueno, ya no estamos con Covid, que fue la excusa para subir precios, y la madera de Masisa tampoco la traen de Ucrania… pero dejaré esto hasta aquí, no voy a introducirme en temas de política en este blog.

2°- Decepción

El segundo problema que me ha hecho renunciar es decepción, decepción con la empresa y conmigo mismo. Conmigo mismo porque llevo años haciendo páginas web y arreglando computadores para rellenar el sueldo, pero a la vez regalando esos mismos conocimientos en este rubro de los radio taxis.

Y decepcionado con el radio taxi en que estaba: En dos años probamos cuatro programas de gestión de flota: uno de cuyo nombre ni me acuerdo, otro llamado «Aqui Voy» (que desde que lo conocí la primera vez sigue siendo un desastre, y además caro), «TaxiCaller» (con excelente soporte y muy completo), y «Autocab» (por lejos el más robusto y completo de todo programa que yo haya conocido hasta hoy).

(Autocab me ha ofrecido trabajo, gracias a mis conocimientos, pero lo he desechado por temas que no van al caso señalar aquí)

En el sólo caso de Autocab, lo estuvimos practicando (yo ya lo conocía) durante 6 meses, sí, ¡SEIS MESES!, para que al final le diéramos la misma respuesta que a todos los anteriores programas: «No lo vamos a implementar, no nos sirve«

Las excusas para decir que «no nos gustó» fueron del tipo: «La facturación es más complicada», «El programa que usamos tiene tal columna y Autocab no«, etc. El caso es que el programa sí sirve, por algo se usa en muchos radio taxis, y es tan completo que era un absurdo que, a igual costo, prefiriésemos no cambiarnos. El problema de fondo fue que los jefes no entendieran de que un programa nuevo no tiene por qué ser igual al anterior, si quieren que sea igual al anterior, entonces quédense con el anterior. A la hora de buscar un programa nuevo es de perogrullo entender que no será igual, por lo que se debe poner en una balanza los pro y los contra, y asumir que habrá sacrificios en alguna parte, pero que los beneficios totales son lo que hacen que valga la pena.

Al final optamos por sólo implementar un upgrade del programa que ya usábamos, pero volvió a pasar lo mismo, el programa era el mismo e igual a lo que ya usábamos, pero aparecieron: «Le falta una columna«, «Le faltan filas«, «La letra es muy pequeña«… excusas, que yo las interpreté como un simple: «jefe, no nos haga cambios, estamos acostumbrados al programa antiguo, no nos complique la vida«. Y lo digo con conocimiento porque sin la columna que señalaban igual se podía trabajar, las filas que faltaban estaban en la página siguiente, el tamaño de la letra ya se había explicado que se agrandaba apretando una tecla…

Y cuando expliqué a la jefatura la lectura que yo estaba haciendo en las negativas, pues no encontraron mejor idea que volver a preguntar que otras cosas querían que se cambiasen al upgrade programa (si pudiera insertaría un face palm aquí). Cierro contando que este mismo problema lo han tenido otros radio taxis y que la solución instantánea que encontró uno de ellos fue despedir a todos y contratar gente joven, gente joven que se maneja en computación porque se enseña en los colegios desde la década de los 90. Y problema solucionado.

En mi siguiente publicación hablaré del tema de la edad y su directa relación con el tema de implementar cambios que son necesarios. Les enseñaré, con ejemplos reales, que lo que digo es un problema también real.

Ricardo González

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TAXIS AUTÓNOMOS (2)

diciembre15

Sigamos hablando de los taxis y coches autónomos:

  • Con ellos disminuirán los tacos. Gracias a la conexión a internet estos elegirán las rutas más expeditas y rápidas.
  • Los taxis serán compartidos, lo que abaratará aún más el costo al pasajero.
  • Ya no será rentable tener un auto propio, será más rápido y eficiente pedir un taxi, aunque sea compartido. Dejar de tener auto propio y empezar a usar los taxis compartidos significará un ahorro del 70 por ciento para cada pasajero, en comparación a lo que gastaba en su auto en combustible, amortización, permisos, patentes, seguros, etc.
  • El dueño de los taxis no sólo generará ganancias por el traslado de los pasajeros, los expertos también ven 30 oportunidades de ingreso extras, pasando por la simple venta de espacio para propaganda dentro del vehículo hasta la venta de datos de los usuarios que usarán su flota. De hecho las cifras de ganancias que se manejan son gigantescas y no por nada sólo en California, EEUU, hay 60 empresas dedicadas a crear sus propias flotas de vehículos autónomos. El primero en lograr el vehículo óptimo se lleva el gordo de la lotería.
  • Los accidentes disminuirán en un 80 por ciento, aunque no se acabarán por completo, pero todos aquellos accidentes debidos a distracciones o por fallas humanas sí desaparecerán.

Hasta ahora hemos visto lo positivo, pero ¿qué pasa con lo negativo de este cambio? (y aquí nos toca).

  • Como puntos negativos tenemos a países como Venezuela que ya no recibirán sus ingresos habituales por exportar petróleo, en vista a que los coches autónomos vienen de la mano de motores eléctricos y baterías.
  • Y el punto negativo más importante: el remezón que se nos viene a los empresarios actuales del rubro de radio-taxis.

Una cosa es el remezón de que los conductores ya no sean necesarios y que irán desapareciendo en un corto plazo, pero además hay que hacer notar que en el mercado sólo quedará la empresa que tenga el capital para poder comprar e invertir en estos coches. El costo inicial no es sólo el coche, es también la tecnología que habrá que incorporar a las centrales de despacho.

Si bien los call-center de los radio taxis, y sus telefonistas, son llamados a desaparecer, ya que los vehículos se pedirán por celulares y computadoras en el futuro bastará con una sola persona recibiendo llamadas por otros asuntos anexos, y para toda esta transición se deberá adquirir nuevo software que maneje todos los informes y parámetros que mandarán a la central los móviles en la calle, en ese sentido nuestro actual locutor/telefonista deberá pasar a ser una persona con amplios conocimientos informáticos y rapidez en el teclado.

Sea personal interno, externo o bien que lo aporte la empresa que instale los software en la central, lo cierto es que para esta nueva tecnología se necesitarán técnicos en áreas de la informática como la actual domótica (cuyos software y hardware son muy parecidos), y también gente con conocimientos en redes.

Los gastos en mantención tanto en la parte mecánica como de los sensores del vehículo es un punto por donde inicialmente comenzarán a escapar parte de las ganancias, pues en un inicio será algo caro, aunque no imposible de pagar. Hay que considerar que serán coches que trabajarán las 24 horas, verdaderos robots, con descansos en las centrales sólo para cargar las celdas de la baterías, limpieza interior y exterior, revisión de los informes del computador de a bordo, etc. El desgaste del vehículo será el doble de ahora, pero también subirán las ganancias.

Así que la tarea que se viene a los dueños de radio taxis actuales es ver como se hará para poder seguir compitiendo con lo que se viene. ¿Será suficiente un lobby en el gobierno para que impida que llegue la tecnología de manos de empresas extranjeras?… ¿Y/o se pedirán créditos para poder adquirir la tecnología? El radio-taxi que no esté preparado simplemente deberá cambiar o cerrar el giro. El problema es que yo aún no veo la suficiente preocupación en este tema.

Lo único que demora ahora el cambio son las múltiples pruebas de los sistemas que se están realizando para mejorarlos, lo que básicamente consiste en probar una y otra vez los coches en ciudades urbanas congestionadas, con lluvia, niebla, nieve o hielo, hasta que la autoridades digan, ok, es un transporte seguro. Y eso, mucho más temprano que tarde, ocurrirá.

Ricardo González

TAXIS AUTÓNOMOS (1)

octubre22

Hace unos tres años, leí en una entrevista decir, a uno de los encargados de google del área de coches autónomos, que para una empresa de radio taxi pasar de lo tradicional a coches sin conductor equivalía a un ahorro mensual del 30 por ciento sólo por el concepto de sueldos del conductor.

Y yo lo primero que pensé fue: «Ah, eso termina con el problema«

Y con «el problema» me refería a conductores desaseados, flojos, pillos, incompetentes, de mal carácter y/o mal educados y que pululan en este rubro, porque nadie los puede fiscalizar en la calle. Cualquier intento de control sobre ellos es desde siempre absolutamente insuficiente.

Si lo pensamos bien, en el fondo este es un merecido final para taxistas y conductores mediocres y un buen avance para los clientes.

Ricardo González